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LA ALEGRE COMPAÑÍA DEL ASESINO

La Ibárruri junto a Ramón Mercader, en Moscú

La Ibárruri junto a Ramón Mercader, en Moscú

Ramón Mercader y Dolores Ibarruri, distendidos y sonrientes en Moscú. No son las risas en compañía de un asesino lo que sobrecoge, sino la incapacidad de esa gente de hacerse una única pregunta: ¿Cómo es posible que todos fueran traidores, todos menos el que mandó matar a todos?