Skip to content

La Comuna de Asturias, 1934

Folleto de Grandizo Munis

Folleto de Grandizo Munis

El represor hace lo que a su condición corresponde. En el fracaso de la revolución de octubre del 34 la responsabilidad no es de los legionarios ni de ese cuerpo de matones que llamamos «guardia civil».

En Madrid, las Alianzas Obreras, los órganos de poder e insurrección que surgieron en el impulso revolucionario del 34, fueron neutralizadas por el PSOE y por la cínica ambigüedad de Largo Caballero, el hombre que llevaba meses asegurando: «ya está todo preparado». En Barcelona, la CNT, medio excluida de las Alianzas Obreras por la política divisionista del PCE y medio inhibida por esa misma parálisis que más adelante la llevó a regalar el poder político a Companys, hizo imposible la insurrección.

En Madrid el PSOE convocó una «huelga general pacífica» y los obreros de la capital fueron abandonados en la calle durante días a la espera de instrucciones y armas. En Cataluña, un par de cañonazos del enemigo doblegó la «república catalana» mientras la CNT miraba desde lejos. Los mineros asturianos, solos, enfrentados a todas las fuerzas del enemigo, que no tenían que preocuparse de ninguna retaguardia, sólo podían sucumbir.

Posiblemente, esto, que cuenta Grandizo Munis, sea lo que mejor explica por qué en octubre de 1934, otra vez, la revolución española fue ahogada antes de nacer:

«Yo mismo, la mañana del 5, avisté en la calle de la Montera a Amaro del Rosal, dirigente del sindicato de banca y bolsa, uno de los pretendidos jefes de la milicia socialista. Iba tapándose la cara con el pañuelo, para no ser reconocido, cuando le increpé: ‘La gente empieza a desesperar, es preciso actuar. Todos aguardan órdenes y armas del Partido Socialista. Nadie sabe donde estáis, qué hacéis ni que proyectáis’. Vivamente molesto al verse interpelado en medio de la calle, me respondió sin quitarse el pañuelo de la nariz: ‘Si quieren armas que las busquen y hagan lo que les dé la gana'». (Munis, Jalones, pág. 148)

http://bsstock.files.wordpress.com/2014/03/munis-quc3a9-son-las-dianzas-obreras-1934.pdf