Queríais democracia horizontal y tenéis un jefe absoluto que nombra directamente a todo su aparato, incluida la comisión de control que ha de controlarle a él; queríais denunciar la deuda y no pagarla y lo que tenéis es una cierta propuesta de «reestructuración», es decir, de renegociación; queríais mandar el Euro al infierno y tenéis a un «europeísta crítico»: queríais barrer con escoba de hierro a la «casta» y tenéis a Ana Patricia Botín, de los Botín de toda la vida, diciendo que «Podemos persigue el crecimiento como otros partidos políticos», es decir, bendiciendo el tinglado y, entre tanto, las multinacionales europeas tienden puentes hacia el jefe de esta secta.
Dice hoy el nuevo Pablo de Tarso lo siguiente: «Cuando me dicen «Podemos confía en ti», respondo que un sistema que se fundamente en la confianza es un mal sistema. Por eso hemos establecido la revocabilidad de los cargos» y no importa que los porcentajes de «la gente» exigidos para poner en marcha esos mecanismos revocatorios sean, simplemente, imposibles… Miente, pero la muchedumbre hipnotizada por el vehemente deseo de que pase algo, ignora la mentira y abdica, como decía Hannah Arendt, de las reglas de la experiencia y de las reglas del pensamiento, aceptando la ficción como un hecho y lo falso como cierto.
Lo reconozco, me tiene admirado lo bien que funciona la dominación capitalista:
El Diario: «Las Multinacionales europeas y de EE. UU. buscan contactos discretos con la dirección de Podemos«.