Gabilondo, Iñaki Gabilondo, es la voz del Régimen soportable, del regeneracionismo sentimental, del krausismo finisecular, pero es la voz del Régimen y ha explicado, magistralmente, por qué Podemos también es Régimen, «casta», burguesía:
«Si el crecimiento espectacular de Podemos refleja la magnitud de la ira ciudadana, ¿se imaginan esa ira ciudadana sin Podemos?, ¿se la imaginan descontrolada y suelta?, ¿se la imaginan en las calles? Los que ningunean a Podemos deberían valorar su contribución al encauzamiento de esa indignación en los márgenes de la democracia y reconocer el talento de sus dirigentes».
No sé si en España queda ira, si queda rabia. Es que es una erupción de puro hihilismo matar y hacerse matar para proporcionar un escaño a un sujeto de esos que se preocupan de los «desfavorecidos» y no de los explotados, como si esta vida, que es discurrir hacia la sepultura para beneficio del amo, fuera una calamidad de la naturaleza y no un artificio del explotador… Pero sí, a estas alturas es indiscutible que Podemos y su marcha sobre la «centralidad del tablero» no es más que una corriente que reconduce la hostilidad de los explotados (que no desfavorecidos) a la inocua majada parlamentaria.
Sin embargo, lo que no comprendo es cómo en los ámbitos de IU, incluso en sus rincones más estaliniacos, se denuncia esto o se dice, como ha dicho Cayo Lara, que existe una maniobra para acabar con IU, como si IU fuera una amenaza. ¿Qué ha hecho el complejo PCE-CC.OO-IU en estos últimos cuarenta años (por poner un límite temporal) salvo agostar toda lucha, toda furia, toda insurgencia, y reconducirla a las inocuas confrontaciones electorales? ¿Qué ha sido ese complejo PCE-CC.OO-IU, desde 1977 sino una organización electoral?
Si hay una operación para acabar con IU es, simplemente, porque a esos «operadores» les resulta ya un lastre amortizado, una mercancía averiada, una amante abúlica, no porque en sus filas germine nada que desborde cierto keynesianismo avergonzado. IU-PCE es un galgo que ya no caza y estos, a los galgos que no cazan, los cuelgan de las encinas.