Hojeando un libro me acabo de encontrar con esto, un papel conservado desde la noche de los tiempos.
El 9 de abril de 1977 hacía días que había cumplido 15 años. Alguna semana después mi amigo Luis y yo nos escapamos del internado de Getafe y nos fuimos a un local que estaba abriendo el PCE. Nos recibió un sujeto de barba cerrada, media melena y trenca. Aquel muchacho, que andaría por los ventimuchos, se dedicó a explicarnos que «los comunistas no tienen cuernos ni rabo» y a darnos algunos folletos, entre ellos esta octavilla… Y a mi se me iba dibujando una sonrisa cínica en la cara… pero con quince años recién cumplidos yo era un muchacho educado, tímido y con menos mala baba que ahora; por eso no le contesté: «Si estamos aquí es porque no nos hace falta que ningún gilipollas nos advierta que los comunistas no tienen cuernos ni rabo… al menos del tipo al que tú te refieres».
Ni mi amigo Luis ni yo militamos nunca en el PCE. Menos mal, porque aunque no lo sabíamos, Carrillo, en la II Conferencia Nacional del partido, celebrada en 1975, ya había dejado claro por qué los «comunistas» no tenían cuernos ni rabo de esos a los que se refería el imbécil de Getafe: «En la España de hoy el comunismo no amenaza a nadie. Nuestro partido no pretende establecer un Gobierno comunista«.
Desde luego, no se puede decir que Carrillo engañara a nadie.